jueves, 19 de febrero de 2009

Prefacio

Todo en mi vida había cambiado, yo había cambiado, obscuridad, solo se como ni porque llegue aquí, el vació y la obscuridad me rodean.Jamás creí que todo terminaría así, solo se que acabo, jamás regresare, a lo que alguna vez fue mi humanidad, mi calvario, mi muerte. Un nuevo amanecer, acompañado de un nuevo nacer.Una infinita eternidad solo.Sangre, sangre, la consumo porque ese es mi deseo.Un profundo adiós, acompañado de un solo y sangriento... Beso
Te amo… alcance a susurrar, antes de mi obscura y ultima perdición

Un nuevo nacer

ALEC POV
Finalmente había despertado, después de tres largos días, de horrible sufrimiento, mi calvario personal.Había despertado solo, sin nadie a mi lado, solo era acompañado x una terrible sed, que no lograba saciar con nada que llevara a mi boca, además al mirarme al espejo tenia unos hermosos ojos color borgoña, que poco a poco se iban apagando dejando a su paso unos negros y desolados ojos.
Mis sentidos se habían vuelto mas desarrollados, podía ver cada partícula de polvo que pasaba frente a mí, escuchaba cosas que antes, jamás podría haber llegado a escuchar, mi olfato se había vuelto mas distintivo, y mi fuerza había aumentado considerablemente.
En ese momento lo vi, no estaba solo una sombra me acompañaba, camino lentamente hacia donde yo me encontraba, sin saber que hacer me quede inmóvil esperado el mañana.
-Hola- saludo aquella sombra.
-Ho-ho-la – tartamudee un poco antes de contestar.
-Mi nombre es Demetri y he venido a llevarte a tu Futuro
-Mi futuro, pregunte algo incrédulo
-Si tu futuro, a ti y a tu hermana Jane.
-Oh oh, musite -me había olvidado completamente de ella.
-No te preocupes, ella esta a salvo con el amo Aro
-¿Aro? – musite en un susurro.
-Si el amo Aro, es el líder de todos los Volturis, junto con Cayo y Marco, acompáñame te lo mostrare.

DEMETRI POV
El amo Aro me había enviado a buscar a Alec, que por alguna razón no logramos salvar en la plaza, la noche anterior habíamos masacrado a mas de media ciudad de Volterra, solo para lograr salvar a dos pequeños e insignificantes humanos, que al parecer el amo Aro, llevaba observando desde hace ya bastante tiempo. Había encontrado a Alec en un obscuro callejón cerca de Volterra, absorbido por la obscuridad aquel pequeño se encontraba solo y suponiendo que su transformación hubiera sido exitosa, con mucha sed.
JANE POV
Había despertado a lo que parecía ser una nueva vida para mí, en lo que parecía ser una habitación color caoba, en una espaciosa cama y con una hermosa vista a un jardín.
Tenia una sed terrible, que poco a poco me iba consumiendo la garganta.
Al mirarme al espejo, note que tenía unos hermosos ojos color rojo sangre, y que los rasgos de mi cara se habían vuelto más definidos y perfectos, sin mencionar mi nueva cantarina voz, que hasta los mismos cantantes habrían envidiado.
En ese momento la puerta se abrió, dejando paso a un hombre que en vez de caminar, parecía que levitaba y su largo cabello negro, llegaba hasta la cintura, me señalo e hizo señas de que lo siguiera.
Pasamos x bastantes corredores, salones y jardines.
Hasta que finalmente nos detuvimos frente a una puerta que parecía estar hecha de oro solido y tenia una gran V gravada en esta.
Esta persona empujo la puerta sin ningún problema, i me invito a pasar, tenia una voz hermosa que inclusive ni los mismos ángeles hubieran logrado superar.
Una vez dentro, una gran sorpresa me esperaba…

Traje

ALEC POV
Demetri, como se hacia llamar este sujeto me había conducido por bastantes tuneles y alcantarillas de la Ciudad de Volterra.
Hasta que finalmente nos detuvimos frente lo que parecía ser una entrada, seguimos caminando hasta toparnos con una pequeña recepción.
Una vez ahí, nos esperaba una hermosa mujer, y su belleza superaba a cualquier mujer que hubiera visto antes.
-Hola Alec- me saludo muy animadamente
-Hola- musite con desgano
-Mi nombre es Heidi Volturi pro aquí me dicen La Cazadora.
“Y dale con los Volturis, que nunca pensaban decirme quien eran esos supuestos tipos, o ke es lo que hacen”
-Hola Heidi- saludo Demetri
-Hola Demetri al fin regresas
-Pues ya vez Heidi creo que no te di el placer de haberme perdido buscando a Alec.
-Mmm este sigo aquí, musite algo disgustado
-Perdóname Alec, ciento que hayas tenido que escuchar eso
-Ha- musite en un susurro, que al parecer Heidi y Demetri escucharon.
-Bueno ya basta de charlas, te esperan en el gran salón, Demetri, avísales a los Amos que su pequeño tesoro ah llegado.
Heidi me dijo que la siguiera, a lo que yo rápidamente accedí, continuamos x un largo pasillo, y luego se detuvo frente a una puerta, diciéndome que ahí encontraría ropa para cambiarme, ya que tal i como me encontraba, no podría presentarme así ante los Amos, y que volvería x mi en 5 minutos,.
Una vez dentro, encontré un traje de etiqueta, ha encima debía ponerme lo que mas odiaba en el mundo “traje” pero en fin si quería averiguar finalmente quienes eran esos tipos y que querían de mi, tendría que ocuparlo.
Una vez cambiado no pasaron menos de 3 segundos cuando llamaron a la puerta.
-Alec-
-Si -
-Ya estas listo?
-Si claro ahora salgo Heidi
Caminamos un corto tramo hasta llegar a una gran puerta, que debió haber pesado o eso aparentaba, pro Heidi no tuvo el mas mínimo problema al abrirla.
Una vez dentro, logre ver tres grandes tronos que parecían estar hechos de diamantes, debido al brillo que desprendían.
Evalué lentamente la habitación donde me encontraba. Había tres grandes puertas, que al igual que x donde había entrado, parecían estar pesar demasiado. La pintura del salón era color amarillo claro y había cuadros que parecían haber sido pintados hace demasiados siglos.
Dos minutos después de nuestra llegada se abrió una de las puertas, x donde alcance a contar eran 14 personas, totalmente encapuchadas.
Poco a poco se fueron acomodando detrás de los tronos, solo dos de ellos se quedaron enfrente, de lo que supuse serian sus asientos.
Heidi me dedico una sonrisa, antes de apresurarse a colocarse junto con el resto de estas personas, pro no sin antes haberme susurrado que todo acabaría bien.
En ese momento por la 3 puerta de aquella estancia se abrió y puede reconocer a una figura que me resultaba muy familiar.

Reencuentro y Celos

JANE POV
Al otro lado de la estancia se encontraba mi querido hermano Alec, me sorprendí al notar que ahora era lo mismo en lo que yo me había convertido… aunque aun no supiéramos que éramos en realidad, tenia una extraño presentimiento que me decía que ya no éramos humanos.
En menos de medio segundo, nos estábamos abrasando, no sabía como exactamente, había llegado tan rápidamente al lugar en donde se encontraba mi hermano…
-Jane- susurro
-Hola Alec-, te he extrañado – me apresure a decir aunque sabia que no era verdad, ya que ni siquiera me había acordado de el.
-Me alegro de verte hermanita
En ese momento una hermosa voz, capto mi atención, y al parecer también la de Alec.
-Bienvenidos Alec, Jane, nosotros somos los Volturis
-¿Volturis? ¿Qué rayos es eso? – inmediatamente me arrepentí de haber dicho eso, ya que todos me miraban como si fuera un objeto comestible.
- Si querida mía, contesto aquella persona que me había acompañado, momentos antes.
- Mi nombre es Aro,- “continuo hablando como portador de voz”, estos son mis hermanos, Cayo y Marco. Los hemos traído aquí para formar parte de nuestra guardia – dijo esto mientras señalaba a las personas que se encontraban detrás de el.
Comenzó a presentarlos uno a uno.
Ellos son Demetri, Heidi, Felix, Renata, Chelsea, Aniela, Santiago, Afton, Corín, Sulpicia mi esposa, Athenodora esposa de Cayo y finalmente mi querida Tanya.
-Hola – saludaron todos en coro, como si estuviera previamente ensayado.
Mi esposa Sulpicia, se encargara de mostrarles sus habitaciones, además de instruirlos un poco mas en lo que somos.

ALEC POV
Había vuelto ha ver a Jane en aquella habitación a la que habíamos llegado. Sus rasgos se habían vuelto mas definidos, y sus ojos estaban de un extraño color rubí, que horas antes yo también había tenido.
-Jane- susurre
-Hola Alec, se apresuro a contestarme
Me pasaron un millón de cosas x la cabeza, que quería decirle a mi hermana, pero en ese momento solo logre articular la mas tonta de las frases, ya que apenas me iba acordando de ella “Te he extrañado hermanita”.
En ese momento aquel hombre de cabello negro, hizo omiso a que lo escucháramos.
-Bienvenidos Alec, Jane- dijo en un tono muy especial, como si fuéramos parte de su familia.
Nos presento a los 12 encapuchados que se encontraban detrás de el y sus hermanos.
Nos había dicho que su esposa nos mostraría nuestras habitaciones, y que nos explicaría más cosas sobre ellos, supuse también que nos diría la verdad acerca de lo que ahora éramos.

TANYA POV
Ash finalmente habían llegado los supuestos “tesoros” como el amo Aro les decía, eran dos pequeños, al parecer gemelos, que habían sido creados para hacer mi vida imposible. Ha esos dos pequeños, tenían dos de los poderes mas fuertes, que según el amo Marco los hacia invencibles, en especial al tal mocoso Alec.
Mucho trabajo me había costado ya, lograr ser la consentida del amo Aro para que ahora, de la nada aparecieran esos dos chiquillos, para arruinar todo lo que había construido. No podía permitirlo tengo que hacer algo, no voy a dejar de ser la consentida, le pediría ayuda a Chelsea si es necesario. Tenia que eliminarlos lo mas pronto posible, mientras aun eran unos insignificantes neófitos.

Mi primera vez

SULPICIA POV
Mi amado esposo Aro me había pedido que les indicara sus habitaciones a Alec y Jane. Estos pequeños eran sumamente hermosos, y según el resto de la guardia, excluyendo a Tanya que no mostraba ningún interés en ellos, eran una nueva fuerza para la familia.
Sus habitaciones se encontraban el ala oeste del Castillo, cerca de la de Chelsea y Aniela.
Los pequeños al salir de la habitación, me siguieron en completo silencio. Cuando finalmente llegamos a la habitación de Jane, me dispuse a entablar una pequeña conversación con ellos.
-Alec, Jane, mi nombre es Sulpicia
-Hola – saludo Jane con desgano.
-Mucho gusto – contesto Alec, con un tono bastante amable.
-Esta es tu habitación Jane – dije señalando la puerta que se encontraba detrás de mi.
-Muchas gracias – contesto la pequeña- Nos vemos mas tarde – se despidió dando un aso ton de puerta detrás de ella.
-Alec- musite
- si Sra. Sulpicia
-Sígueme, tu habitación se encuentra mas adelante.
Caminamos un par de pasillos más, antes de llegar a la habitación de Alec. Una vez frente a su puerta, le indique que habíamos llegado.
-Alec, me permites pasar a tu habitación, hay cosas que debo explicarte
- Si claro Sra. Sulpicia
- oh por favor dime solo Sulpicia – el pequeño era demasiado formal.
- esta bien Sulpicia- me contesto con bastante entusiasmo.
Alec, se dispuso a entrar a su habitación y yo como una ágil sombra lo seguí, esta seria una larga tarde.

JANE POV
Una vez terminando la reunión, Aro nos indico que siguiéramos a su esposa Sulpicia, para que nos mostrara nuestras habitaciones.
Mi hermano Alec permaneció en silencio la mayor parte del tiempo, así que deduje que yo también debía permanecer así, aunque me moría por hacerle un millón de preguntas.
Sulpicia se detuvo frente a una gran puerta de color rojo carmesí, y me indico que aquella era mi habitación. Le di las gracias y con el mejor tono de voz que pude articular un “Nos vemos mas tarde”. Me dispuse a entrar a mi habitación, sin lograr controlar la fuerza que tenía, empuje la puerta, lo más suave que pude, pero aun así sonó como un gran portazo.
Una vez dentro y mi puerta cerrada, me detuve a observar la habitación asignada especialmente para mí.
Para mi gran sorpresa, me encanto…

ALEC POV
Sulpicia me dijo que tenía algo muy importante que decirme, y me pregunto si le permitía entrar a mi habitación, yo con algo de desconfianza asentí después de unos segundos. Una vez adentro nos sentamos en el pequeño palco que tenia mi habitación.
-Alec-susurro
-Si dime Sulpicia – conteste inmediatamente
-Tengo que hablar contigo de cosas importantes acerca de nosotros, en lo que te has convertido, de tu naturaleza, y por que has sido elegido para formar parte de nuestra guardia. Pero antes debes venir conmigo, supongo que tu garganta aun debe estarte quemando.
Al oír esto me quede como estatua, como había sabido Sulpicia de la quemazón de mi garganta, si yo no se lo había mencionado a nadie.
Salimos de la habitación en completo silencio, aun no me atrevía a volver a entablar una conversación con Sulpicia. Caminamos durante lo que me parecieron horas, hasta que finalmente llegamos a una puerta color ocre, que tenia grabada en ella la palabra “Sangre”.
-Sulpicia
-Si Alec
-¿Por que me trajiste aquí? ¿Asia adonde nos dirigimos?
-No te preocupes Alec, se que lo disfrutaras- me contesto con un tono de voz algo macabro
Entramos a la habitación, y Sulpicia comenzó ha hacer unas señas demasiado extrañas.
En ese momento, la puerta se volvió a abrir, y aparecieron 2 hombres de complexión alta y morena piel. En mi boca se comenzaba a producir un extraño liquido, que hacia que mi garganta quemara aun mas fuerte.
No dude ni 3 segundos, cuando ya estaba, sobre uno de ellos, con mis dientes firmemente pegados a su cuello, extrayéndole cada gota de sangre que tuviera en su insignificante cuerpo. Sabia tan deliciosa, y me producía tanta satisfacción, que casi no note que el fuego que minutos antes había consumido mi garganta iba desapareciendo conforme iba acabando con la vida de aquel desconocido.
La sensación que me produjo beber la sangre de este desconocido, me había parecido muy satisfactorio. Así que decidí terminar con lo que había comenzado y me abalance sobre aquel hombre que trataba desesperadamente de escapar, ya que suponiendo que hubiera visto lo que le había pasado a aquel desconocido, sabia lo que le esperaba a el.
Una vez terminada mi tarea, me lamí los labios para eliminar la sangre que había quedado en ellos.
Cuando recupere la compostura busque a Sulpicia en aquella habitación, pero me di cuenta de que me había dejado completamente solo…